Como es común la mayoría de las veces no hacemos lo que queremos sino lo que nos toca, cuantas veces todos nuestros sueños se ven truncados por influencias externas, como la situación económica, como el que dirán al no actuar, hacer o pensar lo que por general haría una persona "normal", es decir, por lo que es aceptado y bien visto por la sociedad en general, todo para que no nos tilden de "rebeldes", o peor aun, simplemente somos nosotros los causantes de nuestros fracasos o frustraciones, son nuestras inseguridades, nuestros miedos que nos frenan , nos dominan y nos doblegan al pensar que no somos capaces; y al pasar los años nos miramos al espejo y no nos sentimos orgullosos de lo que vemos, de los logros obtenidos, sintiéndonos vacios, teniendo esa sensación de que algo nos falta, teniendo esa sensación de no haber hecho lo que deberíamos haber realizado, así hallamos logrado una estabilidad laboral y familiar.
Es entonces que me hice la pregunta Qué nos detiene?, Porqué no luchamos por nuestros sueños con la convicción de poder obtenerlo?, sin importar las dificultades o las voces externas que nos gritan que estamos equivocados?; pero si es lo que realmente sentimos que debemos hacer, si es lo que realmente nos hace sentir plenos, Porqué nos frenamos?, Porqué lo dejamos a un lado y tratamos de olvidarlo?, de ocultarlo, dándole la espalda a lo que quizá es nuestro propósito, nuestra misión en la vida?, simplemente nos cegamos por la tecnología, por la posesión material, por el reconocimiento de los demás, cosas que al final del camino se quedan acá, disfrutándolo otras personas. Nos olvidamos de lo esencial de la vida, el respeto, el amor, la sinceridad, la satisfacción del servicio, de ayudar al más necesitado sin esperar nada a cambio, el obtener una sonrisa sincera de aquel que nada tiene, escuchar un gracias, sentir un abrazo de agradecimiento, eso es en lo que nos deberíamos enfocar, en el HOY y AHORA, por que no sabemos cuanto nos queda de vida, no nos preocupemos por el mañana, concentrémonos en el HOY, y tengamos la convicción que lo demás vendrá por añadidura.
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